Se acerca el solticio de Invierno y con el ello la llegada del tata willka, hoy en dia mas conocido este acontecimiento como Machaq Mara(Año Nuevo en aymara), también conocido como Mara T’aqa (Corte del año) o Willka Kuti (Retorno del SOL). Una festividad que es un proceso de reconocimiento y recuperación cultural en nuestra tierra.
Para comprender la festividad y en especial las diversas señales que nuestros abuelos nos han dejado, es necesario retraernos un poco de la importancia de la fe y la pasión del hombre andino por observar las estrellas y resolver los problemas que se presentan en la vida y el entorno de las comunidades andinas. Por eso cuando entendemos que significa tener un año nuevo, hoy en día lo entendemos a través de un calendario, que es el que maneja todo el mundo, un calendario de 365 que cada 4 año se ajusta a 366 días.
Pero más interesante es entender cómo nace medir el tiempo y como es nuestro comportamiento en nuestra vida. Sin lugar a dudas nuestra vida se desentiende de la naturaleza porque medir tiempo es un principio creado por el hombre que define una acción permanente por hacer una rutina, pero que se desliga de los fenómenos naturales. Esta condición de comprender y entender a la naturaleza nos debería importar, ya que nos acordamos de la naturaleza, cuando ésta responde a través de terremotos, inundaciones u otros eventos que afectan al hombre y su entorno.
Es tal nuestra dependencia del tiempo y del calendario es que todo el dia lo comprendemos como rutina, y pensamos que todos los días son iguales, pero no es así en la realidad cósmica, pues con una precisión milimétrica, se aprecia que los días no duran exactamente 24 horas, ni los años tienen periodos exacto de 365 dias. En una realidad, el tiempo deja de ser una manipulación humana para verse reflejado en que las estrellas siempre han sido nuestras guias en nuestra forma de vida y siempre daban las respuestas a la problemática diaria de nuestras vidas.
Así cada acontecimiento de las estrellas no es más que el anuncio de situación que repercuten en nuestras vidas y muchas culturas andinas lo lograron entender y resignaron lo que veía vernirse como lo fue la llegada de los españoles y la inmensa catástrofe que le esperaban a los habitantes de america. Ahora lo valoramos con la comprobación científica a través de complejos programas informáticos de cómo el anuncio de un nuevo ciclo como el Machaq Mara está relacionado con la importancia que los incas le daban al Sol y su movimiento cercano y lejano, donde el hombre andino dialogaba permanentemente durante el año.
Y para este dialogó las evidencias nos muestran que un mensajero(representado por la constelación de ORION) era el encargado de asistir e intermediar con el SOL durante el periodo del solticio de invierno. Así este mensajero lleva al SOL alimento y bebida y comparte con la gente en su despacho y para dentro de su viaje retornar y comenzar una nueva etapa. Este legado lo podemos ver todos los 21 de Junio y comprobar con precisión de cómo se alinea la constelación de orion con el SOL, en la amanecida de ese día. Este conocimiento es el legado y la razón fundamental, donde en las ceremonias emulamos el gran fenómeno que ocurre en el firmamento y que nos hace revivir que los tiempos se armonizan y sincronizan para darle un lugar sagrado a nuestra festividad del MACHAQ MARA.